Mientras Michael Phelps da sus últimas brazadas en una prolongada despedida, firmando una impresionante cantidad de récords, los Juegos Olímpicos se preparan para recibir el show de Usain Bolt, aunque como el americano en la piscina, esta vez en la pista el jamaicano no lo tendrá fácil y puede sentir la presión de las miradas de un mundo que le aguarda como una de las estrellas de los Juegos.
El arranque del atletismo marca este viernes un período de transición en los Juegos Olímpicos, en el que la natación reparte sus últimas medallas y las pruebas de pista y campo se instalan en el centro del escenario.
Phelps, quien implantó un nuevo récord de medallas al llegar a 20 con dos de oro y dos de plata en Londres 2012, compite hoy en su última final individual, la de los 100 estilo mariposa, y se despediría de los Juegos y de la natación, el sábado en el relevo de 4×100 de estilos combinados si Estados Unidos se clasifica a la final, como se espera. ¿Se va con él el mejor atleta olímpico de la historia? Muchos piensan que sí.
El estadounidense, después de todo, tiene 16 medallas de oro, siete más que su rival más cercano en esa tabla. Y realizó una proeza que será muy difícil de igualar cuando conquistó ocho preseas doradas en los juegos de Beijing en el 2008. Ocho pruebas y ocho victorias.
El sudafricano Chad le Clos, que venció a Phelps una vez en Londres, dijo que el estadounidense “es sin duda el deportista olímpico más grande de todos los tiempos”. S
ebastian Coe, ex mediofondista de renombre y presidente del comité organizador de los juegos, opina que Phelps “es el más exitoso en cuanto a medallas, pero eso no quiere decir necesariamente que sea le más grande”. “No todo gira en torno a las medallas”, acotó el presidente del Comité Olímpico Internacional Jacques Rogge. “Hay otras cosas, como la personalidad. Y hay grandes atletas que no ganaron tantas medallas pero dejaron su marca”. Presionado para que mencionase algunas, Rogge tiró los nombres de Paavo Nurmi, Carl Lewis y Jesse Owens.
Personalidad y carisma es lo que le sobra a Bolt y Londres 2012 podrá definir si es el velocista más grande de todos los tiempos. El jamaicano ganó tres oros en Beijing, incluidos los de los 100 y 200 metros con récords mundiales. Si repitiese esa hazaña, nadie podrá discutir que es el mejor de todos.
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