La mujer, de 66 años y procedente de Ramsgate, también había hecho una apuesta lucrativa antes del inicio de los Juegos. Aldred apostó 5 libras por su nieto (cuyas apuestas estaban 200 a 1), en honor a su difunto esposo y abuelo de Sam, Eric, al que describió como "un hombre de apuestas".
Después de los Juegos intentó cobrar la apuesta, pero los corredores de apuestas dijeron que no le pagarían las 1.000 libras, ya que la medalla de Sam fue en la competición por equipos, no en la individual.
"Me sorprendió", declaró Aldred al 'Thanet Times'. "Estoy muy feliz por la victoria de Sam, mucho más que por el dinero, pero podría haber utilizado las ganancias de mi apuesta para ir a ver a Sam a los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro", continuó.
[RELACIONADO: La gran mentira de los Juegos Olímpicos]
Se podría pensar que una abuela que nunca había apostado antes entendió mal la apuesta que estaba haciendo, pero el boleto de Aldred corrobora su versión.
En ninguna parte se especifica que la medalla de Sam tuviese que ser en la competición individual. La probabilidad de 200 a 1 también era razonable para el concurso por equipos, ya que Gran Bretaña no había ganado una medalla en gimnasia artística en 100 años.
Aldred dijo que había presentado una queja al servicio de adjudicación de apuestas independientes. En ese caso, Betfred debería pagar, tenga razón o no. El dinero no compensa la campaña de publicidad negativa que ha recibido la compañía por la noticia de la retención de las ganancias de Aldred.
Más entradas de 'Un espía en Londres 2012':
No hay comentarios:
Publicar un comentario